CANTO NATURAL
El valdepeñero, Juan Pedro Carrasco García, es el autor de “Canto natural” poemario donde se dan cita las voces que acuden en auxilio de la mirada escudriñadora y por lo tanto inquieta de nuestro autor que observa los cambios de todo lo que rodea e influye al hombre en su limitada permanencia en este laboratorio rodante al que llamamos tierra.
Un libro resuelto que circula sin necesidad de un prólogo que nos indique qué pasos han sido dados por el poeta, y cuáles no, para alcanzar el resultado pretendido y que, una vez conseguido, exhiben los versos de este escritor comprometido hasta la médula con la literatura trabajando la mayoría de sus géneros literarios como viene haciendo desde hace varios lustros.
Para que resulte más cómoda su lectura a los potenciales lectores, Juan Pedro Carrasco, ha vertebrado el libro en cuatro partes, cada una de ellas con su correspondiente título y distribuyendo los poemas siguiendo un orden temático cuyo criterio está más que justificado.
Así tenemos que dentro de “Todo lo soñado” contiene diecisiete de los treinta y ocho poemas de los que consta el libro y nos habla desde cada uno de sus poemas, pongo por caso al primero de todos ellos titulado “HETERODOXIA”, sus versos identifican y recuerdan cómo la esencia de la que nos nutrimos permanece aún en el recuerdo de todos los hombres.
“La proporción del universo” expone, meridianamente claro, la preocupación constante del estallido de un mundo absorto en sí mismo que desespera ante las decisiones de sus representantes políticos.
La brevedad del poema “Caminar” contiene reminiscencias recurrentes a las edades del hombre y resulta un tanto apocalíptico.
“Profanación” nos condena, literalmente, a repetir nuestra propia historia desde la densidad de sus versos y abre la puerta a la reflexión.
“Lo necesario”, manifiesta que, a veces, la tempestad que imaginamos nada tiene que ver con la capacidad visual de nuestra imaginación.
“Crónicas recientes”, da cobijo a dieciocho poemas cargados de ambiciosa sabiduría y sus versos desfilan de forma autónoma cargando con la responsabilidad de su “crónica identitaria” y evidenciándola, al mismo tiempo, ante la rutina a la que asiste el poeta todos los días.
Se une, a la palabra de nuestro autor, la escena de un mundo condenado al cataclismo y nada ni nadie parece que pueda evitarlo sin que el monosílabo “fe”, o la palabra “esperanza” interfieran.
Son poemas conclusos, muy trabajados que informan y denuncian, que alertan y sobrecogen. Palabras que traicionan como así lo manifiesta el poema “Sí importa”. Palabras salidas de los labios del que busca y encuentra la mirada aliada de un semejante durante el trayecto a recorrer entre alambradas, como reza el poema “La alambrada”.
En definitiva, un libro que no ha de dejar rastros de indiferencia en el lector porque lo bueno y breve, siempre se ha dicho: dos veces bueno.
“Canto natural”, deja ese poso agridulce que tanto se desea cuando aquello que se nos cuenta, por escrito, nos seduce, convence y entretiene. Felicidades al autor y por tan bella edición también a Vitrubio. Que Vds. lo disfruten. Les gustará.