LA ESENCIA DEL ALMA
Laberinto de mármol blanco
abre tus puertas de acero,
que ayer secaron mi llanto
convirtiéndome en viajero.
Viajero de noche oscura
preso en angosto lecho,
aún conservo mi figura
con las manos en el pecho.
En sus hombros fui llevado
por el tétrico sendero
y aún rezaba el viejo clérigo
trémulo, en el cementerio.
Circunstantes al sepulcro
donde mis restos yacían
¡Como guardianes altivos!,
los cipreses se erigían.
…y el alba abrió sus pupilas
tiñendo al cielo de azul
y el viento tornose en brisa
venturoso hacia mi cruz.
Y entona su canto la suave brisa
dejando la huella en su breve pasar…
Se posa en la arena…
y hurgando en mi alma,
haciendo una pausa…volando se va.