Eloísa Pardo Castro

—Poeta—

01.- Aporte un resumen de su biografía.

     Nací en Tomelloso, aunque he vivido siempre en Madrid. Me trasladé a la ciudad de Leganés cuando me casé y aquí han nacido mis tres hijos. En mi juventud, trabajé en la empresa Neumáticos Michelin, como secretaria bilingüe y en el Hospital Severo Ochoa; tuve un negocio “de cine” e hice seguros para una correduría, entre otros trabajos. Desde hace unos veinte años soy monitora voluntaria de alfabetización por la Universidad Popular de mi ciudad, Leganés, y dirijo un encuentro poético mensual y dos talleres de escritura creativa. Escribo, pinto y paseo con Chewie, mi pomerania. Poco más.

 

02.- ¿Vino la poesía a su encuentro o fue Ud. a buscarla?, ¿desde cuándo escribe y qué fue lo que la motivó para hacer tan buenas migas con los versos?

     Siempre me recuerdo con bolígrafos en la mano, como necesidad, como defensa, como escudo, y, fue a raíz de una enfermedad, cuando me decidí a utilizarlos a tiempo completo. Desde entonces escribo. Desde entonces hago lo que siempre he querido. La publicación de mi primer poemario por la Diputación de Ciudad Real, en su colección literaria Ojo de Pez, y algunos premios en diferentes concursos, fueron el detonante que cambió la dirección de mi vida. Y, años después, continúo por este camino hermoso. La escritura, la poesía, es la que viene a mi encuentro. Siempre es ella la que lleva la voz cantante.

 

03.- Cada poeta tiene su propia definición de lo que es poesía y para qué sirve. Denos la suya, por favor.

     ¿Qué es poesía? La eterna pregunta. Es emoción, belleza, cura, felicidad, una forma más intensa de ver la vida. Es propósito de enmienda, un modo de intentar fertilizar el lenguaje. Es explicación. Es necesaria. La poesía está en todas partes. Nos rodea.

 

04.- Háblenos de las etapas en la que fue dando a conocer los diferentes títulos de sus poemarios y, a ser posible, haga una pequeña reseña de cada uno de ellos.

     Como ya he dicho, mi primer poemario, Pronto será oro el membrillero, homenaje a una amiga fallecida en el recorrido que ambas hicimos por el cáncer, fue elegido y publicado por la Diputación de Ciudad Real, y eso me dio alas para seguir en mi empeño. Publiqué poco después Besos de nitroglicerina en el corazón, un poemario escrito en forma de diario en un mes de diciembre bastante oscuro. Fue salvador: “Las palabras me sujetan el ansia, / el olor de la tinta me detiene”. Piel, fue el siguiente poemario que publiqué, es el recorrido más fiel y más íntimo: “Estoy llegando tarde a casi todo. / Cuando acudo, ya han levantado el vuelo”. También me dio tiempo, antes de publicarlo, a despedirme de mi madre en las últimas páginas. En el poemario Los pecios del naufragio, quise pasar página, aunque se quede, siempre se queda, doblada la esquina: “Tengo canas y una caja llena de fracasos. / Tengo cada noche una pregunta nueva / y estoy deseando que me mientas”.

    Circuito cerrado: “Tengo la espalda vencida / de mirarme las derrotas” y De noche oigo en mi cuerpo la carcoma: “Todo mi cuerpo es luna”, son los dos últimos poemarios que he publicado.

     Galería de trampantojos, una colección de relatos de mujeres y, Haro y yo, libro sobre las vivencias que tuve con mi perro, sobre nuestras conversaciones y secretos, de charlas filosóficas bajo la luz de la luna.

     Y, El ruido del silencio, la novela que habla de vidas, de ansias, de sosiegos y de esperanza.

 

 

05.- ¿Qué rasgos de su personalidad literaria-creativa importantes cree que destacaría la mujer que lleva por dentro?, ¿han llegado las dos a un acuerdo de liberación para afrontar los retos de caminos tan diferentes?, ¿cómo lo hace?

     No sé cómo hacerlo. Hay una constante dicotomía, una lucha. A veces, nos reconciliamos y, a veces, se enfurece una y, la otra, reconoce su error y calla. Soy una mujer con una tristeza feliz, depresión sonriente, creo que se llama ahora. Hago mía la frase de Víctor Hugo: la melancolía es la felicidad de estar triste. No sé, quizá sea eso lo que me pasa y de ahí, la necesidad de usar el bolígrafo cada vez más. De la urgencia de la poesía. De buscar respuestas.

 

06.- “Los ruidos del silencio” es el título con el que ha debutado como novelista ¿a qué se debe ese cambio de registro, es necesidad de abarcar otros proyectos donde la poesía se queda corta?

     Cuando la poesía se toma unas vacaciones y nos castiga con su indiferencia, la necesidad de escribir persiste. La muerte de mi madre, la congoja de una mujer que me pedía ayuda, el descubrimiento de unos secretos familiares, la premura por suavizar el dolor, hicieron que me pusiera a escribir esta novela. El oxímoron del título resume el contenido.

     Me siento cómoda también, y viva, cuando escribo narrativa. Ahora estoy escribiendo una novela histórica y un tratado o recorrido por el tiempo de mi lucha contra el cáncer.

 

07.- Entre Tomelloso y Leganés está la huella literaria que la ha dado a conocer en ese ámbito en el que conviven la imaginación y la creación. Díganos, ¿qué municipio de los dos se ha implicado más a la hora de reconocerla como escritora?

     En Leganés se ha desarrollado toda mi actividad literaria, todos los cursos como monitora voluntaria, como tallerista, aquí todos me conocen y me apoyan. Formo parte de la junta directiva de la Casa cultural y regional de Castilla-La Mancha, que es donde imparto mis clases de todo; como monitora, presento cada año a los diferentes escritores que acuden a la llamada de nuestro libro-fórum: Juan José Millás, Soledad Puértolas, Máximo Huerta, Rosa Montero, Julio Llamazares, Lorenzo Silva, entre otros; ponen siempre a mi disposición los espacios para presentar mis obras, me acompañan, me siento querida y valorada. Amo a Leganés y a sus gentes.

     En Tomelloso, mi querido pueblo natal y donde reside mi familia paterna, ya que la materna emigró, como ya he dicho, a Madrid siendo yo muy pequeña, todavía no he tenido el gusto de presentar mi trabajo. Claro que me gustaría. Y mucho. Espero que se presente pronto la oportunidad. Sí lo he hecho en Villanueva de los Infantes, donde tengo una casa-retiro y donde cuento también con un apoyo incondicional y grandes amigos. Y, satisfacciones, como pertenecer a la Orden Literaria Francisco de Quevedo, que son palabras mayores. Un lujo.

     

08.- ¿De qué manantiales literarios ha bebido Eloísa Pardo para conseguir, no sin el evidente esfuerzo, hacerse con esa voz propia que tanto la identifica?

           No sé si aún he conseguido esa voz propia, sigo buscándola y aprendiendo sobre la marcha. Desde pequeña he leído mucho. Fue mi abuelo el que me inoculó ese veneno hermoso de la lectura, esa curiosidad que no he abandonado en ningún momento. Todo me interesa, soy muy ecléctica, tengo avaricia por todo lo escrito. Me imagino que, de todo ello, algo habrá quedado que haya nutrido de alguna manera mi forma de escribir.

 

09.- ¿Ha pensado o intentado alguna vez una incursión en el género teatral?

            Pues no se me ha ocurrido, pero ahora que lo dice…

 

10.- ¿Guarda fidelidad por alguno de sus libros a pesar del éxito que hayan tenido otros por sus potenciales lectores?

     No creo. Cada uno lleva un poso del sentir y del momento en que lo escribí. Y, procuro no volver mucho a ellos, porque siempre pienso que se podrían cambiar, mejorar, entra el pudor, el síndrome del impostor y eso paraliza. Intento seguir, aprender, avanzar. Nada más. Y, nada menos. No hay ningún éxito, sólo trabajo.

 

11.- La he conocido en recitales, radio, tv, exposiciones al aire libre… Es incombustible. Háblenos de sus próximos proyectos.

     Acabar la novela histórica, leer este verano todo lo que tengo pendiente, continuar con mis clases y talleres, seguir caminando con todos los amigos de los que disfruto, alimentar día a día la curiosidad y procurar que no se acabe nunca la tinta de los bolígrafos.

 

12.- ¿Qué tema es el más recurrente en su poesía?, ¿qué se puede esperar de este género literario?, ¿qué propósitos se impuso como poeta que, hasta hoy, no haya conseguido?

           Empiezo por el final. No me he propuesto nada como poeta, como no sea seguir disfrutando, mejorando y compartiendo el goce. De la poesía se puede y se debe esperar todo. Es inútil y necesaria. Es un hermoso oficio, humilde y ambicioso, como decía Paca Aguirre. Es belleza. Paul Éluard, tiene un verso que amo y que define esa inutilidad y esa necesidad de ella: “La tierra es azul como una naranja”. Sin palabras. Y, los temas en los que me revuelco una y otra vez en mis poemas, son los universales, el amor, el desamor, el miedo, la muerte, la nostalgia de deseos que no tuve, el inexorable y temido paso del tiempo. Buscar la fuerza y la valentía ante tanta indefensión.

 

13.- En el panorama de la poesía actual, y a nivel de estado, ¿cree que el ego se interpone entre los intereses que ha de tener el poeta para con su obra?

           No he visto mucho ego en las compañías que frecuento, tengo esa suerte. Sólo el necesario para poder sobrevivir en este mar encrespado y difícil de la poesía, pero claro que me consta que lo hay. Y sólo sé que es una pérdida de tiempo, un gasto inútil, una mochila ridícula que entorpece.

 

14.- ¿Recurre a algún tipo de filosofía cuando se ve necesitada de aquellas palabras que siguen en el exilio de su vocabulario?, ¿le ha impuesto su intelecto líneas rojas en alguna ocasión?

          No debe haber líneas rojas en la escritura de poesía, no puede haberlas porque cercenan la espontaneidad, el desnudo. Si se refiere a la limitación en el vocabulario para expresar la idea, el abuso de la lectura es una vacuna contra eso, aunque siempre, cada día, se amplía el tesoro de palabras que eran desconocidas. Y, luego están las metáforas, las diferentes figuras literarias que están ahí, para echarnos un capote, para enriquecernos. Descubrimientos nuevos que nos hacen gritar de alegría.

 

15.- Valore esta entrevista y rubríquela. 

                 Pues, querido amigo, contestando sus precisas preguntas, he vuelto a conocerme, a recordar, a saber un poco más de mí. Me he sentido bien. Le agradezco mucho el trabajo que ha realizado, su amistad y su altruismo. Un abrazo.

 

                                                                                                             Firma: