Soy Antonia Piqueras Jiménez de Villamanrique (Ciudad Real) y resido en Ciudad Real. Casada con dos hijos y funcionaria en la JCCM como maestra de EP. Soy una mujer que disfruta ejerciendo la docencia y cuyas aficiones principales son: leer diariamente, escribir y caminar. Muy observadora y sensible con lo que sucede a mi alrededor y en el mundo, por lo que, escribir poesía me sirve de terapia y así expresar mis sentimientos. La poesía es mi refugio. Desde el 2008 formo parte del Grupo Literario Guadiana de Ciudad Real, durante un tiempo, la secretaria del grupo; participo en sus tertulias y en los recitales que organiza. Colaboro en la Revista Manxa, que publica dicho grupo, y en la revista Quevedalia de la Orden Literaria “Francisco de Quevedo” de Vva de los Infantes. Me gusta enseñar lo que sé de poesía y para ello he organizado talleres en centros educativos, residencia de mayores y bibliotecas en encuentros de autor.
No, la poesía no es un género literario en extinción ya que tiene algo que los otros géneros, narrativo y teatro, no tienen y que expresa las emociones, los sentimientos. A través de la palabra, el poeta, expresa lo que siente ante cualquier hecho o vivencia personal o social de una forma especial que, al lector, al leerla o escucharla, le hacen sentir lo que expresan. La poesía siempre ha sido de minorías, pero lo cierto es que se conoce muy poco. En los recitales se ve cómo los espectadores vibran y se conmueven al escuchar los poemas que se recitan. Considero que si se enseñara más poesía en los centros educativos dejando que el alumnado aprenda a expresar sus sentimientos en unos versos y experimente sus efectos a nivel emocional, en el futuro habrá más escritores y lectores de poesía. Creo que cada persona lleva un poeta dentro. En la actualidad hay muchos jóvenes que escriben poesía y tienen talento.
Desde muy joven me aficioné a escribir, expresar en un papel mis sentimientos, emociones, mi rebeldía ante las injusticias sufridas y aunque hice algún poema, no sería hasta la edad adulta cuando, por un capricho del destino, no empecé a escribir poesía. Por motivos de trabajo llegué a un centro donde conocí a una poeta; me dio libros y revistas que me iba leyendo y empapándome de poesía para después comentar e ir aprendiendo y, con ese entusiasmo que me hablaba de la poesía, me fui metiendo en su camino y cambiando mi manera de escribir. Hay un poema “Alfarero de versos” en el que digo: Fueron aquellos poetas quienes/ me nutrieron con su ímpetu y su pasión. /Ellos me despertaron un sueño dormido. /Ellos me llevaron a su idílico mundo. /Ellos alfarera de versos me hicieron. A partir de ese momento fui conociendo a más poetas de forma casual, algunos ya los conocía, pero no sabía que escribían poesía y que me han ido dando la oportunidad de ir creciendo y avanzando en este camino (he de decir que no es fácil). Me tendieron su mano y me llevaron al Grupo Literario Guadiana, a participar en los Encuentros Oretania de Poetas, en recitales, en proyectos poéticos, a publicar mis poemas en revistas y libros. Todo esto nutrido con la lectura y el aprendizaje de la poesía de poetas importantes de la historia, además de ir conociendo a más poetas que me transmiten su entusiasmo por lo que escriben.
Tengo editados tres libros: Historia de la música en Villamanrique. Tras la huella de su maestro (2012), por la Diputación Provincial de Ciudad Real tras un trabajo de investigación sobre la música en mi pueblo y El silencio de los recuerdos (2016), es un monográfico que acompaña a la revista Manxa del Grupo Literario Guadiana, por la Diputación Provincial de Ciudad Real y Pinceladas (2021), es un poemario publicado en la Editorial ExLibric; es una recopilación de poemas que definen mi vida poética. También tengo inéditos tres poemarios, de los cuales uno es poesía infantil. He participado en libros colectivos de poesía en los Encuentros Oretania de Poetas: Palabra de amor, La palabra herida, A risas con la palabra, Palabras de vino, Palabra de poeta y Palabras en silencio de Ediciones C&G de Puertollano y Este sol de la infancia del Grupo Literario Guadiana. Colección infantil y juvenil Calipso de la Biblioteca de autores Manchegos de la Diputación Provincial de Ciudad Real. Y en libros divulgativos: Sic erat in fatis. La Constitución de 1812. Estudios y aportaciones con motivo de su bicentenario con el artículo “José Mariano Vallejo Ortega. Un diputado matemático”. Ediciones Sta. Mª de Alarcos de Ciudad Real, Libro de Actas del “I Congreso Nacional Ciudad Real y su Provincia” con la comunicación Jorge Manrique a través de las Jornadas Manriqueñas y Libro de Actas del “II Congreso Nacional Ciudad Real y su Provincia” con la comunicación La música, una huella imborrable en Villamanrique (1916-2016). Diputación Provincial de Ciudad Real.
Han sido varios los poetas que me han marcado, pero como sólo puedo decir dos me quedo con Antonio Machado y Gloria Fuertes.
Considero que no hay suficiente público. La gente cree que la poesía es para unos pocos o para los poetas. La consideran difícil e inalcanzable. Sin embargo, cuando se entiende, gusta, y esto se percibe en los recitales y en las presentaciones de libros. También, depende del objetivo que cada poeta tenga con su trabajo poético. Si se escribe para vender, de la poesía no se puede vivir, son pocos los que lo hacen y pocos los que compran. Pero, si se escribe porque se siente, se tiene la necesidad de expresar con la palabra los sentimientos para, después, compartirla y tenga su efecto en la sociedad, puede que sí sea suficiente ver que merece la pena lo que se hace, escribir poesía. Personalmente, conque, mi poesía, le llegue a algunas personas, me doy por satisfecha y pienso ha merecido la pena escribir ese poema aunque haya desnudado mi alma porque quien lo recibe siente lo que yo al escribirlo.
Me quedaría con la obra de un pintor manchego, Antonio López. De su obra elegiría: Paisaje Manchego, Gran Vía y Rosas Rojas
Sí, en alguna que otra ocasión he decidido dejar de escribir poesía, pero no para cambiar de género literario sino, simplemente, abandonar. Me hacían creer que lo que escribía no era demasiado bueno. Sin embargo, siempre hay alguien que me dice lo contrario y me anima a seguir o quien me da una oportunidad que, para mí, es un reto. Eso es lo que me da la fuerza para seguir avanzando en este camino, aunque quienes más fuerza me dan son los lectores y los oyentes en los recitales. Por ellos sigo escribiendo
Que un escritor de poesía quiera saber cómo valora su obra un jurado, no me parece ni bien ni mal. Ganar muchos o pocos certámenes de poesía no hacen al poeta mejor ni peor porque intervienen muchos factores, entre otros, el querer presentarse a los certámenes. Reconozco que presentarme a certámenes de poesía nunca ha sido ni es un objetivo prioritario. Respeto la opinión y decisión de cada uno. También me alegro cuando un poeta conocido gana un premio.
Confío más en las editoriales que en la autopublicación. En cualquier editorial, la obra, pasa unos filtros garantizándose que está bien escrita y si es apta para publicarla. También ayudan a difundirla. Pero es difícil, ya que, hay veces que las editoriales se aprovechan de los autores poniendo unas condiciones que no le benefician mucho. Sin embargo, en la autopublicación es diferente; esos filtros no existen y cada autor puede publicar lo que considere, responsabilizándose de su difusión y también, es más rápido.
Son muchos los/las poetas que pondría como imprescindibles por lo que han supuesto en la historia de la literatura. Elijo a: San Juan de la Cruz, Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Gloria Fuertes por lo que han influido en mi vida personal y como poeta.
Los cánones que impondría son:
Para un poeta, al igual que para cualquier artista, el apoyo de su gente es fundamental. A la persona responsable del departamento de Cultura le diría:
No tengo momentos concretos para escribir; lo hago cuando tengo algo por lo que escribir. A veces, cuando voy por la calle, salgo al campo, estoy con en una reunión o en cualquier situación, observo y si hay algo que me impacte, me surgen unos versos que anoto para, tranquilamente, seguir trabajando y hacer un poema. En ocasiones me piden que escriba sobre un tema concreto, y acepto; son retos que me ayudan a superarme. Mi poética la defino como sencilla, intimista y social. Me satisface saber que quien la lee o escucha pueda sentir lo que yo siento al escribirla.
La entrevista ha sido un reto más al que me he tenido que enfrentar. Me ha resultado interesante y me ha hecho pensar en cosas en las que no había reparado.
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